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Superstición e ignorancia
Historia del artePintores famosos

Àlex Sala
Periodista especializado en Arte e Historia del Arte
Actualizado a · Lectura:

El Aquelarre
El aquelarre, de Francisco de Goya, 1797-1798. Museo Lázaro Galdiano, Madrid.
El aquelarre es un lienzo de pequeñas dimensiones (43 x 30 cm) que Francisco de Goya realizó entre 1797 y 1798 por encargo de la que podría considerarse una de las primeras feministas de España, la duquesa de Osuna. La obra refleja la reunión de un grupo de brujas alrededor del diablo, encarnado en un macho cabrío. Las hechiceras adoran a la Bestia y le ofrecen como sacrificio niños que se supone robados en las aldeas cercanas.
Lejos de ser una obra destinada a fomentar el atávico temor a fuerzas malignas y sobrenaturales, la escena grotesca y extravagante, que contienetodos los tópicos que la Iglesia y la superchería popular atribuía a las reuniones satánicas, es la mejor denuncia contra estas creencias absurdas que estigmatizaban sobre todo a las mujeres.
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Art Media/Heritage Images / Cordon Press
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Avanzada a su tiempo
La obra fue encargada a francisco de Goya por María Josefa Pimentel, duquesa de Osuna, que encargó a Francisco de Goya una serie de obras de pequeño formato con escenas satánicas para decorar su palacio a las afueras de Madrid. Aristócrata avanzada a su tiempo, pretendía denunciar la superstición y la credulidad imperantes en la España de la época, así como el desprecio e incomprensión que sufrían las mujeres que, como ella misma, se rebelaban contra unos cánones que las relegaban a un papel sumiso y las hacían sospechosas ante la sociedad. Mujer ilustrada, mecenas de artistas, escritores y científicos, inteligente, culta y elegante, la duquesa de Osunano quiso ceñirse al papel que la sociedad reservaba a las mujeres. Arribala vemos junto a su familia en un retrato realizado por el propio Goya a inicios de la década de 1780.
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El macho cabrío
Es la figura central de la composición, sobre la que gira la maligna reunión. La cabra macho es una de las formas típicas que toma el demonio. De hecho, la propia palabra aquelarre proviene del vasco y significa literalmente "prado del macho cabrío". A pesar de que en la Biblia no se escribe al demonio como un chivo, la Iglesia asoció desde muy pronto a la cabra con un animal levantisco y rebelde, en contraposición a las dóciles ovejas que se dejan guiar por el pastor. En este sentido, en el evangelio de Mateo explica sobre el Juicio Final: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y Él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos".
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Lascivia pagana
Desde épocas remotas, el macho cabrío se asoció al vigor sexual. Los antiguos griegos veneraban a Pan, mitad hombre, mitad cabra, como dios de la fertilidad y la sexualidad masculina. A menudo representado con un gran falo, sus mitos glosaban sus hazañas eróticas conmuchachas y efebos. El gran tabú sexual de la Iglesia católica facilitóidentificar la imagen de este animal con un Belcebú corruptor de almas a partir de la Edad Media. El cabrón retratado por Goya tiene unos grandes ojos rojos de fuego, color asociado a la pasión, la lujuria o la agresividad. En un auto de fe celebrado en Logroño en 1610 se describía así el rostro del demonio: "Los ojos tiene redondos, grandes, muy abiertos y espantosos". El chivo de Goya luce unos cuernos enormes, que aluden, metafóricamente, a potentes órganos sexuales. La corona de hojas de vid con la que está tocado refuerza su aspecto pagano y lascivo, ya que esta planta se asociaba con el Baco romano (Dionisio para los griegos), divinidad ligada a los excesos sexuales y alcohólicos hasta el punto de quede su nombre deriva la palabra bacanal.
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Tétrica noche
La escena se desarrolla en un páramo. Se suponía que las brujas realizaban sus reuniones lejos de cualquier núcleo urbano y aprovechando el anonimato de la noche. Goya trazó ese paisaje estepario, muerto, con pinceladas someras y el ambiente del alba iluminada por la luna con un degradado magistral.
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Las brujas
Este macho alfa está rodeado por un grupo de mujeres de todas las edades que lo adoran. Desde el siglo XIII, los teólogos comenzaron a dar por sentado que Satanás intervenía en el mundo terrenal a través de hechiceros que conspiraban para socavar el orden cristiano. El martillo de las brujas, un manual sobre brujería muy popular desde finales del siglo XV, señalaba a las mujeres como las más proclives a sucumbir a los engaños del diablopor ser “más crédulas, más propensas a la malignidad y embusteras por naturaleza”.
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El desnudo lujurioso
Todas ellas van semidesnudas o están cubiertas por telas que transparentan sus pechos. Estas dos mujeres están representadas preparadas para yacer con su demoníaco amo, un motivo recurrente en las obras de arte que representaban temas de brujería. El libertinaje sexual era uno de los grandes tabús de la Iglesia católica y otra de las características asociadas a la brujería. Francisco de Goya representa a estas mujeres sumisas al deseo sexual del diablo. Ninguna está preparando un conjuro o pócima, lo que refuerza el carácter sexual de la reunión.
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Viejas
Uno de los grupos más vulnerables a las acusaciones de brujería eran las mujeres mayores. Estas personas habían perdido toda "utilidad". Ya no estaban en edad fértil y eran una carga para la sociedad, muchas porque en la mayoría de los casos eran viudas y no tenían un hombre que las "mantuviese". El auto de fe de Logroñoo, señalaba que "el demonio, para propagar esta abominable secta, se aprovecha de los brujos más ancianos, que se ocupan de ser maestros y enseñadores de ella".
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Infanticidio
La anciana decrépita retratada por Goya sostiene entre sus manos el escuálido cuerpo de un niño al que todavía queda algo de sangre que chupar. El infanticidio era otra de las maldades atribuidas a las brujas por la creencia popular. Detrás del macho cabrío aparece otra anciana que sostiene una vara de la que cuelgan tres cadáveres, o tal vez tres fetos (hay que recordar que el aborto era también un crimen execrable, que solía perpetrarse con la ayuda de viejas parteras), que ya no tienen más alimento para el chupasangre. Una de las creencias más extendidas sobre la brujería era la de que utilizaban la sangre de los más jóvenes para preparar sus pócimas, y que esta era un elixir de juventud y alimento para el Maligno.
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¿Inspiración de grandes artistas?
A la derecha del espectador aparece la participante más joven de esta bacanal satánica. También tiene en brazos al bebé más rollizo de la escena, que seguramente será el próximo alimento de su amo. Tal vez es la "novicia" traída por una bruja veterana. Según la creencia, las recién llegadas debían renegar "de Dios, de la Virgen María su Madre, de todos los santos y santas, del bautismo, y confirmación, y de ambos crismas, y de sus padrinos y padres, de la fe y de todos los cristianos", y recibir "por su Dios y Señor al Demonio". satanás, por su parte, "tiende su mano izquierda, y bajándosela por la cabeza le hace una marca hincándole una uña, y saca sangre". No sabemos si es su propio hijo o un bebé que ha robado. Su postura y su gesto con la boca abierta recuerda poderosamente a otro personaje de la historia de la pintura que aparecería más de un siglo después, la madre que, con su hijo muerto en brazos, grita destrozada en una esquina de El Guernica, de Pablo Picasso.
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Criaturas de la noche
Los murciélagos que aparecen sobrevolando la escena son otro de los animales tradicionalmente asociados a la brujería. La superstición otorgaba a las brujas la capacidad de volar, transformadas en la criatura que quisieran. Así era fácil que estos mamíferos voladores, que desarrollan su vida durante la noche, se convirtieran en símbolo de estas criaturas malignas.
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